Fractura Diafisaria de Humero

Las fracturas que afectan a la diáfisis humeral  (que es la zona media del húmero), se han tratado habitualmente de forma conservadora con yesos o inmovilizaciones prolongadas durante mínimo 6 semanas, especialmente las fracturas NO desplazadas.

Desde hace ya muchos años, esto ha cambiado y gracias a los nuevos implantes intramedulares podemos realizar fijaciones internas de los huesos haciendo heridas pequeñas en el hombro o en el codo para introducir a través de las mismas un clavo largo intramedular que haga de tutor interno para alinear y reducir los dos fragmentos.

Este clavo tiene diferentes longitudes y grosores por lo que, generalmente, intentamos poner el grosor que más se ajuste al interior de la “cañada” del hueso. Para eso, usamos unas fresas que van haciendo el hueco por el cual vamos a introducir el clavo, bien ajustado a las paredes del hueso. Esto se llama FRESADO ENDOMEDULAR.

Una vez introducido el clavo, podemos bloquearlo o fijarlo al hueso en los extremos mediante la utilización de tornillos de bloqueo que atraviesan el clavo por unos orificios destinados  a tal fin. Estos orificios pueden ser redondos u ovalados. Si usamos el redondo haremos un bloqueo estático, mientras que si utilizamos el ovalado, será un bloqueo dinámico. Ambos tornillos evitan la rotación del hueso sobre el clavo y si usamos el ovalado, además, tendremos la ventaja de poder permitir un desplazamiento del hueso en dirección vertical de aproximadamente 1cm que es el recorrido que tiene el tornillo dentro del agujero ovalado.

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Este desplazamiento vertical se produce automáticamente con la carga del peso del cuerpo en una pierna o con la carga del brazo en una muleta.  Esta carga supone un estímulo positivo para la formación de callo, además de permitir que los fragmentos óseos contacten entre sí.

La gran ventaja de estos clavos es que permiten una movilización precoz para evitar rigideces de las articulaciones contiguas (hombro y codo). E la figura 1, vemos el grado de movilidad a los dos meses de la cirugía.

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

A pesar de las ventajas de la cirugía y las técnicas mínimamente invasivas, debemos recordar que el tratamiento conservador en las fracturas de húmero no desplazadas (especialmente en personas mayores) sigue siendo, hoy en día, el tratamiento a considerar de elección.

En las fracturas desplazadas y en personas más jóvenes, los clavos intramedulares son de elección frente a las placas.