¿Cómo se tratan las fracturas vertebrales osteoporóticas (FVO)?

Presentamos a continuación el ingenioso sistema de la casa Francesa VEXIM llamado Spine Jack.

Las fracturas vertebrales por osteoporosis (FVO) son muy frecuentes, sobre todo en mujeres post menopáusicas. La mayoría de las fracturas vertebrales se pueden tratar de forma conservadora con el uso de un corset, analgésicos y… paciencia, mucha paciencia, pues el dolor es difícil de controlar y los corsets no se toleran bien, sobre todo en pacientes obesos.

Es de sobra conocido que cuando una persona tiene una VFO, tiene un riesgo de tener más fracturas en las vértebras adyacentes, y que va a depender sobre todo del nivel de la fractura (sobre todo las dorsales y las dorso-lumbares), del grado de aplastamiento, de la alteración de la alineación de la columna (desequilibrio en cifosis) y del grado de osteoporosis según la densitometría ósea. Para prevenir la cifosis y en consecuencia el dolor residual, así como el riesgo mencionado de nuevas fracturas, podemos tratarlas de forma quirúrgica mediante una cirugía mínimamente invasiva que se realiza con anestesia local, sedación y en régimen de unidad de día, con un porcentaje de éxito superior al 95% (según las publicaciones existentes y avaladas por nuestra propia experiencia de más de 10 años realizándola).

Una vez realizada la cirugía el paciente se va de alta sin el «molesto» corset y con una pauta mínima de medicación analgésica.

Ésta técnica, tiene como finalidad recuperar la altura vertebral, restaurar la alineación correcta de la columna disminuyendo la «temible» cifosis y quitar o mejorar el dolor.

 

Este implante es el Dispositivo intravertebral cementado Spine Jack. Tiene ciertas ventajas sobre otras técnicas similares:

-Levanta el platillo aplastado de la vertebra fracturada

-No crea cavidades dentro de la vértebra

-No compacta el hueso sano travecular

-Las palas del implante son flexibles para no romper los platillos, lo que permite la cementación de la vertebra sin necesidad de retirar el implante con lo que la reducción, se mantiene.

 

Existen varios tamaños para adaptarse a cada tipo de vértebra. Se introduce en ella a través de los pedículos vertebrales, siempre bajo supervisión directa en un aparato de RX (escopia) en dos proyecciones para evitar lesionar el canal medular o los nervios raquídeos. El implante se introduce cerrado y una vez dentro de la vértebra y estando bien posicionado, se abre en el sentido craneo-caudal mediante el giro de un mango externo. Al abrirse hacia arriba y hacia abajo, va levantando la vértebra aplastada. ( Este sistema lo comparamos siempre con el «gato del coche» cuando se pincha una rueda). Una vez abierto, y sin necesidad de retirarlo como veníamos diciendo, se rellena el cuerpo vertebral con cemento.

Las vértebras pueden levantarse mejor cuanto más reciente sea la fractura. Lo ideal es hacerlo antes de la tercera semana, con un margen de hasta la sexta si se pretende reducir al máximo o recuperar la altura vertebral. De todas formas, y a pesar de que no se consiga levantar y recuperar el 100% de la altura, la mejoría del dolor está siempre presente.

Si lo que se pretende es quitar el dolor, se puede realizar la cirugía en cualquier momento, siempre que se tenga una Resonancia nuclear Magnética previa que demuestre edema vertebral en su secuencia STIR, y siempre y cuando el dolor sea concordante con la fractura.

En las fotos que verán a continuación presentamos el implante cerrado, abierto y cementado, una vez introducido ya en la vértebra.

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Pinche sobre la imagen o AQUI para ver video

«… diga NO al dolor».

                                          UTC Imanol Vega – Hospital Vithas San José Vitoria

 

 

 

 

 

 

 

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